El beneficio energético del reciclaje

El beneficio energético del reciclaje

El beneficio energético del reciclaje

Es de público conocimiento que el reciclaje de materiales es una alternativa excelente para el planeta y el medioambiente. La reducción de residuos y de contaminación innecesaria en el ecosistema es el primer motivo. Pero además de esto, reciclar tiene consecuencias positivas en el campo energético.

Los productos tratados con reciclaje nos dan como resultado nuevos productos o materias primas que fueron generadas con hasta un 95% menos de electricidad. Además, se le suma a este beneficio un 80% menos de emisiones de dióxido de carbono, consumo de petróleo y gasto de agua.

¿Qué significa esto? Que obtenemos un producto igual o similar a uno que no es reciclado, pero con un impacto ambiental muchísimo menor.

Vamos a ver algunos ejemplos de ahorro energético en productos o materiales que utilizamos día a día y que pueden ser fácilmente reciclados.

  • El plástico: Cuando este material es reciclado se utiliza un 80% menos de la energía necesaria para producirlo. Las máquinas involucradas en el proceso de producción del plástico realizan un consumo energético sin precedentes. En su etapa de reciclaje, el proceso se puede realizar a través de medios mucho más sencillos, rápidos y eficaces, que no necesitan de un soporte energético tan elevado. Tanto si se trata de derretir el plástico como de triturarlo para reutilizarlo, ambas opciones son rápidas (casi instantáneas) y pueden tratar grandes cantidades de plástico de una sola vez.
  • El papel: En el caso del papel, el ahorro energético se produce a través del agua. Producir papel desde cero implica un gasto de agua y energía que duplica la cantidad necesaria para su tratamiento de reciclaje. Es decir, al reciclar papel no solo estamos contribuyendo a evitar la tala de árboles, sino también ahorrando un 50% del agua y la energía utilizada para su producción original.
  • Las latas de aluminio: Este es el proceso de reciclaje que más ahorra. Cuando reciclamos una lata de aluminio ahorramos el 95% de energía utilizado en su producción. Esto se debe a que al someterla al proceso de reciclado, se necesitan casi 0 recursos externos para continuar con el procedimiento. Por lo tanto el ahorro es casi completo.
  • El vidrio: En este último ejemplo, no solo nos encontramos con un ahorro energético del 40% sino que también estamos frente a un material que puede ser reciclado innumerables veces. Un gran beneficio del vidrio es que puede reciclarse cuantas veces se quiera, sin perder sus características iniciales. Debido a que el vidrio reciclado se funde a menor temperatura que el vidrio en su primera producción, el ahorro energético asciende al 40% en cada proceso.

Los productos y materias primas reciclados son alternativas excelentes para no contribuir a la contaminación y al gasto energético innecesario. Además, gracias a todo esto, suponen un alto beneficio económico en los procesos de producción. Reciclar siempre es una buena idea.