El cartón y el papel siempre se pueden reciclar, ¡y valen!

El cartón y el papel siempre se pueden reciclar, ¡y valen!

Estamos muy acostumbrados a hablar sobre la importancia de reducir y reciclar plásticos, a concientizar sobre su uso y a buscar alternativas ecológicas para su tratamiento, pero… ¿es el plástico lo más importante?

A primera vista, el papel y el cartón pueden parecer alternativas más ecológicas: normalmente se pueden compostar y su proceso de descomposición es muchísimo más lento y sencillo que el del plástico. Pero la realidad es que la verdadera contaminación se produce durante el proceso de producción del papel. La tala de árboles, los gases tóxicos y los millones de litros de agua que consume la industria papelera constituyen una problemática que no es tan visibilizada, y que no debería ser ignorada.

Si bien estamos bastante lejos de poder cambiar los procedimientos de las industrias papeleras, el cartón y el papel tienen una gran ventaja: podemos hacer mucho con el papel ya producido, y así evitar la sobreproducción del mismo.

El reciclaje de papel es una excelente práctica medioambiental, fácil de llevar a cabo y muy valiosa a nivel económico y sustentable. Por cada tonelada de papel que se recicla, se ahorran 140 litros de petróleo, 50.000 litros de agua y la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero causante del cambio climático.

Si desecháramos inmediatamente el papel que tuvo un solo uso, no solo estamos desperdiciando nuestro dinero, sino que estamos contribuyendo a que la industria papelera produzca más y más, con los efectos que eso conllevaría. Es importante que tengamos en cuenta que el papel se puede reciclar hasta ¡siete veces! El papel puede llegar a significar el 25% de los residuos domésticos de un hogar promedio, y es definitivamente el que más fácil se puede reciclar y reutilizar.

Los tipos de papel que se pueden reciclar son: papel de impresión y escritura, sobres, guías telefónicas, catálogos, folletos periódicos, revistas, libros, carpetas de papel o cartulina, publicidad, envases y embalajes de papel y cartón, bolsas de papel. Es importante que ninguno de estos contenga clips, grapas ni restos plásticos.

El papel obtenido del proceso de reciclaje es de una calidad óptima, comparable a la del papel en su primera producción, y no supone ningún tipo de riesgo higiénico ya que, tratado con el proceso correcto, es sometido a un intenso lavado.

En Córdoba hay empresas que se dedican a comprar papel por kg para su posterior reciclaje. Es decir: además de reciclar tu papel, podés hacerlo valer. Las excusas para seguir desperdiciando papel son nulas, y la concientización sobre el impacto ambiental del mismo es cada vez más necesario.